A la espera de un mayor flujo vehicular, desde y hacia Mendoza por el fin de semana extendido, ISCAMEN recuerda que no se deben ingresar frutas ni hortalizas al territorio provincial.
A fin de resguardar la producción local, se recuerda a la población la restricción de ingresos de especies vegetales que puedan generar un riesgo sanitario, siendo la colaboración ciudadana de suma importancia para agilizar la inspección y evitar demoras en los ingresos.
Para favorecer la fiscalización de vehículos se dispondrá de canes detectores de materia orgánica que permiten agilizar el accionar de los inspectores. Además, turistas y viajantes podrán disponer de mayor conectividad, esencial en estos lugares remotos, y medios de pago electrónicos.
Por su ubicación estratégica, este sistema de control diseñado para impedir el ingreso de plagas y enfermedades agrícolas y animales, ha evolucionado hacia un sistema integral. Incluye la desinsectación de vehículos que ingresan a Mendoza, el control de agroquímicos, conservas vegetales, ganado en pie y el movimiento de flora y fauna silvestre, entre otras actividades.
Compromiso social
Para evitar demoras, además de la acción del personal del Iscamen, es muy importante la colaboración de los conductores y pasajeros manifestando a los inspectores la presencia o no de frutas o vegetales que puedan generar un riesgo sanitario. Esta información facilita las acciones de control y agiliza los tiempos.
El Sistema Integral de Barreras Sanitarias trabaja en todos los límites interprovinciales con el objeto de cuidar y proteger la sanidad y calidad de los productos agrícolas de Mendoza. En este contexto, los departamentos de Tunuyán, Tupungato, San Carlos, San Rafael, General Alvear y Malargüe son reconocidos como áreas libres de moscas del Mediterráneo a nivel internacional, lo que aumenta las posibilidades de exportación de su producción. Resguardar esta condición sanitaria es responsabilidad de todos.
Mendoza es una de las principales productoras agrícolas de Argentina. Actualmente, sus más de 300.000 hectáreas cultivadas la convierten en la primera productora vitícola y frutícola del país. A las condiciones agroecológicas favorables para la producción de alimentos se ha sumado desde hace años la voluntad de potenciar sus condiciones de sanidad y calidad, con el propósito de orientar su producción a los mercados de agroalimentos más exigentes.